TE VENDO POR UNA COPA
“Y cambiar a
una madre por otra copa”, así decían los magníficos Héroes del Silencio en su
canción Flor Venenosa. Pues sí, hay gente capaz de vender a su madre por una
copa y por algo peor en mi humilde opinión, como ridiculizarla para elevar su puto
ego. Esta gentuza convive con nosotros día a día, en el trabajo, en nuestra
comunidad, en el gimnasio, etc. Hay que tener cuidado porque cuando eres una
persona educada y respetuosa es fácil de que te conviertas en la presa de estos
imbéciles acomplejados, frustrados con baja autoestima y muy muy lameculos.
Puedes estar disfrutando de un buen día en compañía de amigos, donde este
“elemento” se mimetiza perfectamente, y en un momento dado oyes una parida
refiriéndose a tu persona con el único objetivo de ofenderte y humillarte por
simple egolatría. Entonces se te pasan por la cabeza un abanico de
posibilidades con el que te puedes “defender”: 1) hacer como que no lo has oído
y maldecir para tus adentros; 2) reírte como si te hubiese hecho gracia que te
dejen como una mierda delante de gente; 3) contestarle en la misma línea, lo
cual es peor, porque después te hará sentir que te has picado por una cosa sin
importancia; y por último 4) encararte a él y decirle en su puta cara que es
gilipollas. Por desgracia, la elecciones que prevalecen son la 1 y la 2, lo que
hace que te vayas a casa maldiciendo y pensando, ¿soy buena persona o tonto?
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